sábado, 5 de enero de 2008

El Ático de mi Cerebro


"Yo creo que, originalmente, el cerebro de una persona es como un pequeño ático vacío en el que hay que meter el mobiliario que uno prefiera. Las gentes necias amontonan en ese ático toda la madera que encuentran a mano, y así resulta que no queda espacio en él para los conocimientos que podrían serles útiles, o, en el mejor de los casos, esos conocimientos se encuentran tan revueltos con otra montonera de cosas, que les resulta difícil dar con ellos. Pues bien: el artesano hábil tiene muchísimo cuidado con lo que me ten en el ático del cerebro. Sólo admite en el mismo las herramientas que pueden ayudarle a realizar su labor, pero de éstas sí que tiene un gran surtido y lo guarda en el orden más perfecto. Es un error el creer que la pequeña habitación tiene paredes elásticas y que pueden ensancharse indefinidamente. Créame: llega un momento en que cada conocimiento nuevo que se agrega supone el olvido de algo que ya se conocía. Por consiguiente, es de la mayor importancia no dejar que los datos inútiles desplacen a los útiles"1.
Sherlock Holmes, famoso detective, no tenía conocimientos sobre Literatura, Filosofía y Astronomía; sin embargo manejaba ciertos aspectos de diferentes ciencias y otras ramas: Política, Botánica, Geología, Química, Anatomía, Literatura Sensacionalista (Historia del Crimen), tocaba el violín, era experto boxeador y esgrimista de palo y espada, poseía conocimientos prácticos de las Leyes de Inglaterra.

¿Interesante? Cada uno de nosotros dentro de nuestra profesión debe formarse de un bagaje de conocimientos acordes a su tarea; al fin de cuentas, las relaciones
interdisciplinarias y las enciclopedias están al alcance de nuestras manos.


Lic. Ricardo Martín Lupo


1-A. Conan Doyle, Estudio en escarlata, Buenos Aires, 2006, p. 22.

1 comentario:

Leonel dijo...

No podemos soslayar la abundante sabiduría que le dio al mundo Conan Doyle al escribir las peripecias del mítico Sherlock, no profe?
Y, si bien debemos proveernos del conocimiento más útil para propiciar nuestro propio progreso, y que éste esté ligado a nuestra propia especialidad, a mi humilde criterio me parece que tendríamos que aproximarnos al concepto de "saber todo" en la medida de lo posible. Pero reformulo el "saber todo" por algo menos utópico: "ignorar poco".
Hubiera estado bueno que Sherlock se hubiera molestado en saber Historia y Filosofía o que hubiera discutido de religión u otros grandes interrogantes con Watson, qué le parece?

Un abrazo !!!!! de su ex alumno Leonel Elizondo